Hoy hace cien años que nació Ian Fleming, el padre de James Bond. El estreno, este octubre, de la próxima entrega de 007 debería servir para homenajear a un hombre que supo plasmar con acierto la intriga, la acción y el glamour en una sola persona (debemos de admitir que el glamour es algo que ha sido supraconstruido en las películas, siendo más tosco el Bond de las novelas). Desde aquel primer "Casino Royale" (maltratada en los los sesenta a excepción de la música de Burt Bacharach) escrita en Jamaica hasta el agente secreto imagen ubicua en anuncios y revistas, han pasado 22 películas, 12 novelas y 9 cuentos cortos.
Aston Martin no sería lo mismo si James Bond no hubiera popularizado en las pantallas el DB5, el Piz Gloria no sería tan visitado si George Lazenby no se hubiera enfrentado a "los malos" en su plataforma giratoria.
Pero si hay algo que los y las fans de este autor siempre recordaran serán las Chicas Bond (producto de márketing por definición), más interesantes en las novelas que en la pantalla. Para el recuerdo una, Pussy Galore (que me perdonen los seguidores de Honey Ryder), la bella lesbiana que ayudó al agente a impedir la propagación del gas nervioso Delta 9.
Ian consiguió crear un soporte narrativo que gracias a la magia del cine se ha convertido en un mito moderno. Es la recuperación del Don Juan para los tiempos de hoy. Poco importa si los rusos ya no son el enemigo o si Spectra se parece a Al-Quaeda, los rasgos de dandy educado en Eton han quedado impregnados en el personaje.
Feliz cumpleaños y gracias por regalarnos tus sueños.
1 comentario:
En estos tiempos de cumpleaños de Ian sabemos que tuvo su propia Miss Moneypenny.Su secretaria (cual editor de Raymond Carver) modificó y replanteó varias de sus obras para mayor placer de los lectores. Una vez más se repite aquello de que "Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer" (y una gran secretaria)(que se lo digan a Mario Conde).
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